El mundo sigue girando

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Poco más de dos años tardé en regresar a estos terrenos. Motivos, sin duda, hay diversos. Pero ahora, querido lector, la espera ha terminado. No más desvelos; no más preocupaciones; no más ayunos. El Pájaro-que-da-cuerda está para rato. Como bien sabe, no es pretensión arreglar al mundo desde esta trinchera, pues, como lo he dicho, el mundo sigue girando.

¡Vaya que ha girado este cuerpo llamado tierra! En México la situación va de mal en peor. No pasa una crisis cuando entra una nueva: apertura al sector privado en Petróleos Mexicanos (Pemex), escándalos inmobiliarios que involucran a (¿quién más?) la clase política, la desaparición de estudiantes, ejecuciones perpetradas por el crimen organizado y el ejército mexicano, y la pérdida de simpatía y credibilidad hacia los “representantes del pueblo”.

Los temas cambian, pero el fondo es lo mismo. Nuestra clase política cada vez se hunde más en el desprestigio, aunque eso no es obra de la casualidad, sino de los esfuerzos sin precedentes de alcaldes y legisladores que sólo se empeñan en sangrar el erario de la nación, sin beneficiar a quienes gobiernan. ¿Y la sociedad? En definitiva, no está dormida; no obstante, está silenciada.

Imagínese usted, amable lector, que si quiere ser candidato independiente necesita recolectar algunas decenas de miles de firmas para ser aceptado como posible conteniente al cargo de elección popular. Pero mientras, el partido tricolor aplaude a los mexicanos, los del sol azteca quieren ser la voz de todos y los del tucán presumen cumplir.

Si regresáramos unas cuantas décadas le puedo asegurar que sólo han cambiado los actores, pero los papeles se mantienen, firmes para el funcionamiento de país que, paradójicamente, no opera. ¿Y cómo lo va a hacer cuando la economía está por los suelos, la política es de caricatura y los actores sociales son detenidos por querer desestabilizar el país?

El mundo sigue girando y durante esas vueltas algunos sectores de la ciudadanía se han puesto en pie de lucha, exigiendo lo que cualquier otro pueblo busca: justicia, seguridad y estabilidad. Por eso siguen faltando 43 y, más allá de los normalistas, el grito es el mismo para todos aquellos que han sido desaparecidos: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

Agradezco el tiempo que se ha tomado en leer este regreso. Todos los comentarios son bienvenidos.

La pregunta

¿A dónde vamos a parar?

La recomendación

Power to the People-John Lennon